No bastaron las imágenes que reflejan las inundaciones y deslizamientos que se dan en Soacha cada vez que llueve y que viene haciéndose constante en los últimos dos años; sino que fue necesaria la presión ciudadana y hasta política para que el alcalde Saldarriaga por fin tomara una decisión.
El pasado 21 de marzo, la alcaldía de Soacha declaró alerta naranja y calamidad, especialmente para la comuna 4 y la comuna 6. Sin embargo la exigencia de actores políticos y sociales viene desde hace meses.
"La declaratoria de calamidad pública en Soacha llega un año después de reiterados llamados de la comunidad y de este despacho de representación ciudadana en el Congreso de la República. Si la arrogancia de Saldarriaga no hubiera impedido ver el peligro al que se veía sometido Soacha desde las oleadas invernales de 2022, la declaratoria hubiera llegado a tiempo para prevenir los desastres que se han presentado en las ultimas dos semanas y que han dejado un saldo de 20 unidades de vivienda destruidas y 27 más apunto de desaparecer, con la tragedia humana que detrás de ello implica". Aseguró la Representante a la cámara por el departamento de Cundinamarca, Alexandra Vázquez.
Y es que, la congresista ha requerido en reiteradas ocasiones a la alcaldía de Soacha para que declaran la alerta; sin embargo un año después con el desastre ocasionado es que se toman las acciones.
"En Soacha su administración no previó ni orientó a su Oficina de Atención y Gestión de Riesgo ni a su Secretaria de Planeación para reubicar las familias que habían perdido su hogar en 2022 y para ejecutar planes de acción preventivas que permitieran reducir el impacto ante la inminente llegada del invierno", resaltó Vázquez.
La tutela fue el mecanismo necesario para que la administración municipal respondiera a los derechos de petición que las veedurías y la congresista elevaron ante la alcaldía Saldarriaga.
La presión de Vázquez, de la ciudadanía afectada y diferentes liderazgos terminó siendo reconocido por el alcalde declarando la alarma. Sin embargo, causa curiosidad que según Gestión del riesgo departamental, hasta el 21 de marzo pasado, Soacha no atendió ni siquiera sus peticiones de una reunión o informe sobre lo que ocurre en el municipio.
Decenas de viviendas a punto de caer, calles inundadas, un clamor ciudadano y presión política han llevado a Saldarriaga a declarar la calamidad. Algo tarde, y después de que la congresista hiciera un último llamado de forma vehemente y criticara la falta de acción y negligencia de Saldarriaga.
Pero ahora según Vázquez hay que seguir con la veeduría para que los recursos y ayudas humanitarias que se entregan al declarar la calamidad, lleguen a su destino y "no se queden por el camino".
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