Niños, niñas, jóvenes y adultos de los pueblos indígenas Embera-Chamí y Embera-Katio se encuentran en estado de emergencia en Bogotá.
Estas personas desplazadas de los resguardos indígenas de Chocó y Risaralda, llegaron a Bogotá presionados por grupos armados en sus territorios.
Una vez en la ciudad, han estado rotando por varias zonas de la capital y sujetos al incumplimiento de las promesas de las instituciones. El hambre, el frío y la incertidumbre, son el pan diario para las más de 500 personas de estas comunidades que sobreviven desde el pasado mes de mayo.
En el principio de la cuarentena se tomaron el Parque Tercer Milenio, de donde fueron sacados el 8 de abril. Luego en el Parque Santander del centro de Bogotá. Seguidamente, se alojaron en el conjunto en Nueva Candelaria al sur. Finalmente, tras el desalojo, se albergaron en el sector de Manitas, en un parque ubicado junto a la estación del Transmicable.
Durante todo este proceso difícil para los indígenas, se destaca el apoyo de los vecinos de los barrios Manitas y Lucero Alto; que han ayudado a la comunidad Embera a sobrellevar las dificultades en medio de la pandemia por Covid-19.
Ante la escasa ayuda de las Instituciones, 142 familias aproximadamente, requieren con urgencia ayuda humanitaria para suplir las necesidades básicas; en el campamento improvisado en el barrio Juan Pablo II en la localidad de Ciudad Bolívar.
Por eso, desde el municipio de Soacha, diferentes personas y organizaciones sociales han venido convocando para que la ciudadanía apoye a estas familias con alimentos, cobijas, pañales, chaquetas, ropa en buen estado, implementos de aseos, entre otros elementos; y brindar el apoyo que estos ciudadanos necesitan ante la escasa atención, para las medidas de reparación, acceso a educación y otros derechos.
Foto portada cortesía: Movimiento Periferia y Coordinadora Antifascista Bogotá.